miércoles, 22 de abril de 2009

El día que Tim Berners-Lee conoció a Gutenberg

El día que Tim Berners-Lee conoció a Gutenberg hicieron tan buenas migas que tuve que dejarlos solos y marcharme a dar una vuelta. A mi regreso seguían allí, en ese taller donde les dejé un par de horas antes. Ahora estaban sentados a la mesa junto a una taza de té que todavía humeaba, hablando y debatiendo sobre las implicaciones de tan prodigioso invento.

- Esto está cambiando el mundo Tim. - Le decía el impresor - Antes la cultura estaba sólo en los monasterios y un libro era un tesoro por todo lo que suponía hacer las copias a mano. Ahora la gente podrá comprar sus propios libros.

Durante todo el viaje de vuelta Tim no paró de pensar en sus cosas. La facilidad para crear nuevas copias había iniciado una avalancha imparable. Desde entonces, por más que el orden establecido quisiera controlar las ideas estas se escurrían una y otra vez entre tipos de plomo.

Tim ya tenía la idea clave, ahora sólo necesitaba refinarla. Con Gutenberg se facilitó la copia; ahora, en 1989, que esa copia prácticamente no tiene coste gracias a la incipiente tecnología digital, el próximo paso es facilitar la distribución. Cuando logró sintetizar esa idea por escrito, su jefe tras leerla anotó al margen; "Una idea vaga pero interesante..."

Imagen publicada en microsiervos el día 13 de marzo de 2009

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