jueves, 21 de abril de 2011

¿Ofreces o demandas?

Mira que puede ser puñetero el lenguaje. Tanto como para cambiar el modo en el que percibimos y nos movemos por la realidad.

Si hay una ley que he disfrutado conociendo más que ninguna otra ésa es la ley de la oferta y la demanda. Me encanta cómo con un par de principios básicos es capaz de describir y predecir comportamientos que son exclusivamente humanos con la precisión que describen las leyes de la física los movimientos de los objetos. La ley de la oferta y la demanda ya la he repasado en este mismo blog, pero siempre se pueden repasar los dos grandes movimientos de dinero, mercancías y servicios en los que se asienta (y que le dan nombre). La oferta es aquello que realizan las empresas grandes y pequeñas, toda clase de negocios que nos ofrecen bienes y servicios que producen cada día. Bienes y servicios, que para que tengan salida en el mercado se deben corresponder con algo que nosotros, el público hemos demandado: queremos escuchar música por la calle, unas vacaciones inolvidables o algo que hacer este viernes por la noche.

Las marcas, empresas, fabricantes, ofrecen conscientes de que se encuentran en un entorno competitivo. Tienen otras marcas ofreciendo lo mismo a su alrededor y tienen que asegurarse de que entre toda la competencia las elegimos a ellas. Por eso hacen todo lo posible por destacar: se ponen guapas, nos dicen todo lo que saben hacer y lo bien que lo hacen y también escuchan lo que quieren aquéllos que las van a escoger. Por su parte, nosotros demandamos, somos firmes y exigentes, no nos dejamos engañar por cualquier argucia del marketing y, si el compromiso es significativo, miramos, remiramos, buscamos en algún foro y volvemos a mirar.

¿Y el mercado de trabajo? Cualquier economista os contará que funciona como cualquier otro mercado, con oferta y demanda pero, ¿tenemos claro quién es quién? Suerte que el lenguaje es claro y nos da la respuesta. Una empresa siempre ofrece trabajo, por medio de ofertas de trabajo, incluso cuando tenemos suerte diremos "me han ofrecido un puesto en..." En cambio nosotros demandamos más trabajo y mejores condiciones laborales. Facil ¿o no? Quizás el lenguaje, puñetero como es, nos está jugando una mala pasada.

Pensadlo así, si las empresas ofrecen trabajo y nosotros lo demandamos bastaría con pagar a la empresa lo que pide por esa oferta de trabajo y podríamos acceder a ella. Sin embargo no es la empresa quien pide dinero, sino quien lo ofrece. Menudo lío, entonces ¿quién ofrece y quién demanda qué? Pensemoslo al revés: Las empresas no ofrecen trabajo, demandan un trabajador. Y no uno cualquiera, como nosotros con los productos, son exigentes y quieren que sepa programar, conocimientos del mercado asiático y un inglés fluido hablado y escrito. Para saciar esa necesidad tienen una amplia oferta de trabajadores que quieren ese puesto. Trabajadores que ofrecen su capacidad de trabajar, de desempeñar esa tarea que se les demanda, en definitiva: que ofrecen un servicio. O sea, que la ley de la oferta y la demanda para el mercado de trabajo funciona al revés de lo que nuestro lenguaje parece indicar. Curioso, ¿no?

¿Y cómo nos afecta este engaño del lenguaje? Tengo la impresión de que mucho. Pues veo muchos compañeros que demandan trabajo, exigen mejores condiciones, un mejor horario, un lugar de trabajo, etc. ¿Por qué no darle la vuelta a esta aproximación? Supondría ser conscientes, como esas empresas que luchan por vendernos la leche, de que estamos en un entorno competitivo, en el que hay más gente ofreciendo lo mismo que nosotros (la capacidad de trabajar) y que si queremos que nos elijan a nosotros debemos asegurarnos de presentarnos como la mejor opción que esa empresa puede elegir, en vez de demandar la mejor opción posible para nosotros. ¿Cambiaría nuestra capacidad para encontrar trabajo con este otro enfoque? No lo sé. Pero sí que sé otra cosa: cuando te das cuenta de que en el mercado de trabajo eres tú el oferente y no el demandante, eres consciente de que no te queda más remedio que presentarte como la mejor opción, y resolver ese acertijo es igual de difícil (o fácil) a sueldo de una empresa que por tu cuenta, con la diferencia de que ahora que conocemos el truco tenemos más posibilidades para pensar cómo podemos llegar a ser esa "mejor opción".

Fotografía del mercado en la plaza mayor de León. De Raúl Álvarez González

jueves, 14 de abril de 2011

Vestida por 11, defendida por todos. Campaña y web de Doubleyou para Umbro.

Justo un día después de hablar con JuanRa acerca de las posibilidades y limitaciones que tiene el diseño en la web, me encuentro con esta espectacular campaña que DoubleYou ha hecho para Umbro y el Athletic de Bilbao: Vestida por 11, defendida por todos. Me encanta el concepto de la campaña pero especialmente la web. Hecha en HTML5 y con un diseño muy bien pensado y efectivo, en el que se hace publicidad pero en la que el usuario no se siente perdido. Un ejemplo de lo que tiene que empezar a proliferar: buenos diseñadores hablando con los programadores para hacer soluciones técnica y estéticamente impecables (Haz clic en la imagen para ver la web).

Web de Doubleyou para Umbro y el Athletic de Bilbao. Vestida por 11, defendida por todos

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miércoles, 13 de abril de 2011

Así inventó Steve Sasson la cámara digital [Video]

El recomendadísimo blog Co Design cuelga este "documental" de tres minutos en el que Steve Sasson cuenta los detalles de su gran invento: la cámara digital. En él da tiempo a ver el aparato en funcionamiento y a descubrir un par de anécdotas. La imagen se almacenaba en una tarjeta de memoria que luego se pasaba a la mejor forma de almacenamiento que se podía concebir allá por 1975 (cuando se hizo la primera foto): un cassette digital. Sasson cuenta que eligió una cinta que pudiese almacenar 30 imágenes porque lo consideraba una cantidad razonable a medio camino entre los habituales carretes de 24 y 36. Dice que al ser preguntado, le dio un par de décadas hasta que la tecnología se popularizase y que consideraba que la gente sería feliz con dos millones de pixels: "Sonaba a mucho por aquella época." Aunque en la segunda predicción se quedó corto (cualquier teléfono tiene más que eso), afinó bastante bien con la primera.

Inventor Portrait: Steven Sasson from David Friedman on Vimeo.

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lunes, 11 de abril de 2011

Tres cositas que me traigo de #photo21

Estuve este fin de semana en Murcia, donde me invitaron a participar de parte de Obture.com en una mesa redonda de portales fotográficos dentro de las Jornadas sobre fotografía, redes sociales e Internet: Photo 2.1. Victor Soriano me decía que se estaban grabando las intervenciones así que si consigo hacerme con la mía os la pondré junto con la presentación por aquí. Resumiré mi fugaz estancia en Murcia en tres cosas que me traigo y que ya nadie me podrá quitar:

  • Personas: Lo mejor, una vez más son las desvirtualizaciones. Con dos magníficos anfitriones como Mónica y Victor; con colegas de jornada que son un auténtico descubrimiento como Carlos Cazurro, Victoriano Izquierdo y Jesús León; y por supuesto con nuestros asistentes personales, especialmente el mío, Javi ;), ideales para descubrir los mejores rincones de tapas y copas de Murcia. En resumen, muy buena gente y mejor organización.

  • El aprendizaje según Carlos Cazurro: Ya lo dije allí, pero lo dejo escrito aquí, me gustó mucho la forma en la que Cazurro explica cómo aprendió en el mundo de la fotografía. 1.- Aprender a manejar la cámara. 2.- Hacer fotos que le gusten a los demás. 3.- Hacer fotos que me gusten a mí. 4.- Hacer fotos que cuenten historias. No tengo ni una coma que añadir.

  • Spottorno, contenido y lenguaje: No conocía a Carlos Spottorno y me gustó especialmente su participación en la mesa redonda de blogueros. Más concretamente una reflexión con la que cerraba su intervención: "¿Se puede contar un reportaje con lenguaje publicitario?" Mi postura personal es que sí y después de ver la pieza que nos enseñó creo que también os quedará claro cuál es la suya.

Ras Ajdir - Escapar de Libia from Carlos Spottorno on Vimeo.

Además de esto, me he traido otro pequeño propósito personal del que espero poder hablaros pronto.