lunes, 16 de febrero de 2009

Cineforum: Camino, de Javier Fesser

Ayer, en mi escapada casi semanal a Valladolid, tuvimos la ocasión de juntarnos un grupito para ver la película Camino, de Javier Fesser. Parece que una de las cenas que organizan los Hermanos Maristas en su casa/comunidad se contagió del debate que ha acompañado a la obra. Fue ahí donde surgió la idea de verla en grupo para después poder comentarla con calma, como se merece un filme de esta profundidad.
Por si alguno aún no la ha visto empezaré por unas claves que nos comentó el H. Óscar antes de la película y que ayudan a entender el planteamiento de la historia:
  • Camino, el nombre de la niña protagonista no está elegido al azar. Así se tituló la obra de Escrivá de Balaguer que constituye el núcleo del ideario del Opus Dei.
  • Opus Dei traducido del latín significa "Obra de Dios". Es por eso que muchos miembros se refieren a él como "la obra". Así aparece en la película y con ese término juegan bastante.
  • La protagonista se enamora de un niño que se llama Jesús. Supongo que esa referencia no hace falta explicarla.
Sobre estas claves la historia se entiende mejor y se puede valorar el mérito que más tarde en los Goya se le ha reconocido. Personalmente creo que es una película bastante buena y, una vez vista, he comprendido el verdadero porqué del revuelo que se ha organizado en torno a ella. De entrada no se debe intentar ver en la película una biografía de Alexia González Barros. El caso de esta niña que creció en la educación del Opus Dei, murió debido a una terrible enfermedad y a la que se pretende beatificar no es más que el punto de partida y de inspiración utiliza Fesser, para poder contar su historia. Si bien el contexto de la niña le permite reflejar una visión cruda de la mentalidad del Opus ante la vida y el sufrimiento, creo que la clave de la película está un paso más alla.
Lo que de verdad hace que la película sea tan buena y a la vez haya levantado tantas ampollas es la maestría con la que en ese entorno tan doloroso, Javier Fesser cuenta una historia de amor. Es ahí donde se despega de la realidad para meternos casi en la fantasía, pero una fantasía que en los términos de esta historia más que criticar, casi ridiculiza las instituciones del Opus.
En resumen. Una película de las que no se pueden dejar de ver, pero que sobre todo hay que madurar para poder rascar la superficie y quedarnos con lo verdaderamente interesante que está al fondo.

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