Llevo unos días dándole vueltas a una conversación muy interesante que he tenido en el Blog de Enrique Meneses. La cuestión venía a raíz de cómo va a salir el periodismo de esta crisis galopante en la que parece que nadie quiere pagar por las noticias y prefieren escuchar a un blogger gritando en su web que a un verdadero periodista. Entre el pesimismo reinante yo me siento más optimista; intentaré resumir mi punto de vista:
La gente que lee noticias no se para a pensar qué es periodismo y qué no.
La gente lo que quiere es oír y leer buenas historias.
Eso es lo que se supone que aprende un periodista durante su formación pero está claro que hay más gente capaz de contar buenas historias de lo que ve.
Antes, los medios de comunicación eran pocos y controlaban los medios de producción y distribución de la información, actuaban como gatekeepers, guardianes de la información. Decidían qué se publicaba y qué no.
Esto, y no el periodismo, es lo que salta por los aires con Internet. El coste de producir y distribuir información (historias) es ahora despreciable. Una persona puede competir con un todo un grupo multimedia.
¿No es genial? Es la verdadera libertad de expresión. La segunda censura acaba de caer, ahora de verdad puedo pensar, decir y PUBLICAR lo que me dé la gana cuando me dé la gana. Los periodistas deberían estar dando palmas con las orejas.
Y sin embargo no lo hacen. ¿Por qué? ¿Tenéis alguna idea? Yo sí, pero lo voy a dejar para otro día que no quiero meteros más ladrillo hoy. Hasta entonces ¡Comentad!
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